CUIDADOS

DE LA VELA

 Para que la disfrutes al máximo, aquí tienes algunos consejos sencillos para cuidarla y prolongar su vida.

 

Dale tiempo.
Cada vez que la enciendas, deja que se derrita toda la superficie de cera hasta los bordes.
Esto puede llevar entre 2 y 3 horas, según la temperatura del ambiente.
Así evitarás el “efecto túnel” y aprovecharás al máximo tu vela.
Si la apagas demasiado pronto o la dejas encendida demasiadas horas, se consumirá peor y más rápido.

 

  

Apágala con cariño.
Usa la tapa o un apaga velas, y deja que la cera se enfríe por completo antes de moverla.
Evita moverla mientras está encendida o con la cera aún líquida: podría derramarse o deformarse.

 

 

Entre uso y uso…
Mantenla tapada para que no coja polvo y quita el pequeño “sombrerito” negro que queda en la mecha.

Cuando la mecha esté fría, simplemente pellízcala: ella sola se romperá.

 

 

 

 

 Seguridad ante todo.

No la dejes encendida sin vigilancia ni cerca de cortinas, papel, niños o mascotas.
Cuando quede alrededor de 1 cm de cera, es momento de despedirse.

 

Cuídala del sol.
Evita la exposición directa al sol o a fuentes de calor.
Algunas fragancias pueden alterar ligeramente el color de la cera —no afecta al aroma ni a la calidad, solo a su tono.

 

 

¿Quieres reutilizar el envase?
Lávalo con agua caliente y jabón, y dale una segunda vida…
florero, tarrito o lo que se te ocurra!

Enciéndela sin prisas, disfruta del momento y celebra el vivir.

Y si quieres repetir, puedes encontrarlas en este enlace.

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